miércoles, 28 de enero de 2015

ECPOSICION DE TRABAJOS CON ESPARTO EN ALBACETE




El esparto es una hierba perenne, de hasta 1 m. de altura, que forma cepellones o macollas dispersas, conocidas como atochas o esparteras. En estos cepellones, los espartos u hojas van brotando hacia el centro de la planta, quedando las hojas viejas bajo ésta. En primavera florece, forma sobre largos tallos, unas vistosas espigas, llamadas atochín.




El esparto es una planta del Mediterraneo Occidental, de distribución íbero-magrebí, es decir, su área se extiende por las zonas más áridas de la Peninsula Iberica, (especialmente el sureste y levante, con grandes poblaciones en Baleares, valle del Ebro, Andalucía, Madrid y Castilla-La Mancha) y por el Magreb, sobre todo por las altas mesetas previas al desierto del Sahara. Se desarrolla en condiciones de gran aridez, soportando precipitaciones inferiores a los 200 L/año, con tendencia a suelos calizos, aunque puede crecer también en suelos no carbonatados. Forma grandes extensiones llamadas espartales. Estos ecosistemas han sido manejados y gestionados desde hace miles de años por el ser humano, de manera que parte de los espartales actuales proceden de plantaciones.




El esparto se utiliza desde hace miles de años. Los hallazgos de más de 50 momias en la Cueva de los Murciélagos en Albuñol (Granada) en 1857, muestran una artesanía depurada del esparto, con cestillos y vestidos trabajados de forma esmerada. Desde los más de 6000 años de antigüedad de estos restos, las técnicas de trabajo del esparto han variado muy poco. Ya en periodo histórico, el esparto hispánico era muy apreciado para la elaboración de sogas y cordelería en los navíos que surcaban el Mediterráneo. Según Plinio y otros historiadores romanos, éstos comenzaron a utilizar el esparto tras las Guerras Púnicas. Las principales zonas productoras han sido el sureste de la Península Ibérica, conocido como Campus Spartarius durante el Imperio Romano y las altas mesetas magrebíes que se sitúan entre el Atlas Teliano y el Atlas Sahariano, donde se localiza el "mar de esparto" argelino. Para los árabes de Al-Andalus, el esparto, llamado en árabe "halfa" siguió siendo un producto forestal importantísimo, importancia que mantuvo durante toda la Edad Media y Moderna. El declive del esparto llegó a partir de los años 50 y 60 del siglo XX, momento en el que la aparición de los plásticos y la importación de otras fibras supuso la caída en picado de la explotación del esparto. El esparto se usa en cordelería, elaboración de pasta de papel, tejidos tipo pana, estopas para escayolas, xerojardinería y artesanías, especialmente cestería. El esparto se recolecta en verano, arrancándolo con un bastoncillo terminado en una pequeña porra, llamado palillo, talí o talisa. Sobre éste se enrollan los extremos de los espartos, de manera que con un fuerte tirón se extrae un manojo de esparto. Así hasta completar un manojo de más o menos 1,5 kg llamado maña o manada. Luego se extiende al sol. Este esparto sin trabajar se conoce como "esparto crudo". Posteriormente, se sumerge en balsas para su cocido o enriado, proceso de fermentación anaerobia que tiene como objetivo la eliminación de las materias pécticas que engloban las fibras de celulosa. Tras un mes de fermentación, se extrae de las balsas y se pone a secar de nuevo. Una vez seco, se pica para soltar las fibras, obteniéndose el esparto conocido como "esparto picado". Si éste se rastrilla, se obtiene el "esparto textil". Sus hojas filiformes, duras y tenaces, enrolladas cilíndricamente, se usan como fuente de fibras para la industria papelera. Sus fibras cortas (L = 1 mm; A = 10 mm) son muy apropiadas para la producción de papeles finos de impresión por su suavidad y elasticidad. Los papeles resultantes muestran buena formación, alta opacidad, volumen específico, buena porosidad y estabilidad dimensional frente a los cambios de humedad. Es la fibra de impresión por excelencia. Con los "viejos", espartos muertos que quedan bajo la atocha, se hacían antorchas, llamadas hachos en La Mancha y colmenas. La espiga o atochín, se usaba para hacer escobas con las que se barría la chimenea.




El esparto se trabaja en cestería en diversas técnicas, mayoritariamente se hacen trenzados que luego se cosen para dar la forma determinada al trabajo. Cada uno de los haces de esparto que se trenzan se conocen como "ramales" en La Mancha. El esparto crudo se utiliza en cestería para la elaboración del trenzado conocido como "pleita" o "lata" según comarcas. Con la pleita se hacen cestos, serones, aguaderas, esteras, baleos, garrafas forradas, etc. La pleita tiene a partir de 13 ramales, y de ahí, las hay de 15, 17, 19, 21... También se trabaja cosido en espiral para elaborar cestillos y escriños. El esparto crudo, especialmente en Almería y Murcia, se trabaja también en trama y urdimbre, como si fuera mimbre, dando obras muy finas. Otra técnica de trabajo del esparto crudo es el "esparto enredado" o "punto de capacho", en esta técnica se van trenzando tres ramales, dejando siempre uno suelto que luego sirve para unirse al resto, de forma que no necesita coserse, se obtienen así los cofines o capachas que se empleaban en las almazaras para contener la pasta de la aceituna y las caracoleras o cachuleras que se emplean en el sureste ibérico para coger caracoles. Con el esparto picado se hacen trenzados de cinco o siete ramales, llamados "recinchos" o "cernejas". Estos trenzados se emplean para terminaciones de trabajos de pleita como los ribetes de los cestos y para cestillos, forrado de botellas, etc. Intervienen también en el trabajo de elaboración de calzados de esparto, llamado alborgas o esparteñas.



  

lunes, 12 de enero de 2015

SUBIDA DE LAS PENSIONES


 Las pensiones sólo suben 2,5 euros al mes en 2015



Las pensiones se revalorizarán sólo un 0,25% en 2015, según contempla el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. Es la misma subida que ya se aplicó para las prestaciones de jubilación en 2014, la mínima prevista en la reforma de las pensiones del Gobierno de Mariano Rajoy. El viernes pasado, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, alentó la esperanza de que la revalorización de las pensiones fuera algo mayor del mínimo legal, al comentar que ese cuarto de punto porcentual, pero al final no ha sido así. La subida supone, para una pensión media, que ahora ronda los mil euros mensuales, de apenas 2,5 euros al mes.
Con el incremento de las pensiones y el aumento de los pensionistas, la partida para pagar las prestaciones contributivas en el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) alcanza los 115.669 millones de euros, un 3,2 % más que lo presupuestado para 2014. Por su parte, la partida de las pensiones de las clases pasivas (las de los empleados públicos) crecerán un 4,3 %, con un total de 13.185 millones de euros. Por su partem en el ámbito no contributivo, el crédito destinado en el ejercicio 2015 para las pensiones de vejez e invalidez se eleva a 2.242,59 millones, excluido el País Vasco y Navarra. En este gasto también se incluye la revalorización del 0,25%.
Así, sumando prestaciones contributivas y no contributivas y clases pasivas, el gasto a destinar por la Seguridad Social será de 131.658,93 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,3% respecto a 2014.
Por tipos de pensión, las de jubilación son las que más gasto suponen, con 80.816,3 millones de euros, seguidas de las de viudedad (20.776,6 millones), las de incapacidad (12.028 millones), las de orfandad (1.762,6 millones) y aquellas en favor de familiares (285,4 millones). Por otro lado, la dotación asignada en los Presupuestos de 2015 para proteger situaciones de maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo y riesgos durante la lactancia natural desciende un 3,7%, hasta los 2.098,2 millones de euros. Asimismo, se destinarán un total de 4.942,7 millones de euros, un 1,3% más, para el pago de subsidios por incapacidad temporal, prestaciones que concede la Seguridad Social a través de las entidades gestoras o de las mutuas por bajas laborales derivadas de enfermedades comunes o profesionales, y accidentes no laborales o laborales.
La Seguridad Social ingresará por cotizaciones sociales un total de 109.833,3 millones, un 6,8% más que lo presupuestado inicialmente en 2014. Este montante permitirá a la Seguridad Social financiar el 80,7% de su presupuesto total, según asegura el Gobierno, que explica el repunte de los ingresos por cotizaciones en la evolución positiva de la afiliación al Régimen General y al de Autónomos y en el comportamiento "más favorable" de la remuneración media de asalariados y del empleo previsto para 2015. Tras las cotizaciones sociales, las aportaciones del Estado son las que más contribuyen a la financiación de la Seguridad Social. El Gobierno estima que las aportaciones estatales alcanzarán en 2015 los 13.073,65 millones de euros, un 0,6% más, la mayor parte para financiar los complementos a mínimos.